Diario Norte, Rivera
26 de agosto de 2010
“Un sueño cumplido y ahora luchar por Londres 2012”:
El jinete riverense Marcelo Chirico se quedó con la medalla de oro en “Singapur 2010” al ganar en salto ecuestre y ser el primer medallista olímpico de la historia de nuestro país en la disciplina.
Marcelo Chirico cerró su actuación en Singapur de la misma manera en que la comenzó, sin cometer errores y con cero faltas en su haber a la monta de Links Hot Gossip (equino suministrado por la organización y con el que compitió en todas las pruebas), demostrando en el desempate la garra y calidad que posee para quedarse con la consagración y la medalla de oro.
Chirico fue el gran referente de los deportes ecuestres en tierras asiáticas, con una actuación que rozó con la perfección y que sirvió para hacer historia ya que se convirtió en el primer oro olímpico del hipismo nacional. El riverense, salió a pista en el vigésimo lugar del orden de pasaje, llegando como líder de la general individual tras haber finalizado la primera ronda con cero faltas.
En la segunda, debía repetir lo hecho el sábado si quería llegar al podio y lo hizo con mucha calidad y de forma estupenda, comenzando a cimentar la hazaña posterior. Allí debió esperar que finalizarán de competir todos los jinetes para saber su situación y con ello llegó la primera gran noticia de la jornada, que sólo había podido igualar su actuación el colombiano Mario Gamboa y los dos pasarían al desempate por el oro.
En esta definición tiene validez tanto las faltas (derribar obstáculos) así como el tiempo y Chirico volvió a no dejar duda de su superioridad. Con la tranquilidad de los grandes deportistas volvió a “limpiar” la pista sin errores y en un tiempo muy exigente para el “cafetero” que estaba obligado a repetir lo hecho por el celeste.
Pero Gamboa no pudo y derribó en el obstáculo 2 y esto aseguró la victoria del celeste para alegría de los uruguayos presentes en el estadio. El uruguayo muy emocionado realizó el “galope de la victoria” (similar a la vuelta olímpica del fútbol) con una bandera de nuestro país en sus manos y con la alegría de haber conseguido una gesta que será inolvidable.
“AL PRINCIPIO ME COSTÓ ADAPTARME AL CABALLO PERO DE A POCO LO FUI LLEVANDO Y LOGRAMOS IR MEJORANDO JUNTOS”
Chirico nació en Rivera el 16 de marzo de 1992 y es la gran promesa del deporte ecuestre de nuestro país. Desde muy chico se volcó a su pasión por los caballos y con 16 años se radicó en Porto Alegre, Brasil, para dedicarse de llenó a la equitación, su gran amor.
En Singapur, nuestro jinete concretó el primer paso de una carrera que recién inicia y nos contó detalles de cómo alcanzó el oro olímpico: “competí con un caballo que me otorgó el Comité Organizador al cual al principio me costó adaptarme y conocerlo, porque tiene un carácter muy especial, es muy nervioso. De a poco lo fui llevando y logramos ir mejorando juntos lo cual fue crucial a la hora de la prueba individual. Me fue mostrando de lo que era capaz y eso me dejo muy confiado”.
Más tarde afirmó que en la modalidad individual: “comenzamos con un cero falta en la primera ronda” para después contarnos que: “en la segunda ronda tuve la particularidad de que fui el primero de los nueve que lo habíamos conseguido en salir a pista y eso en definitiva me ayudó, fue una ventaja, porque al volver a hacer “0” le puse presión a mis rivales”.
El único que logró repetir “limpiar” la pista fue el colombiano: “y fuimos los dos por el oro”.
Allí además de no hacer faltas hice un buen tiempo y Gamboa se vio obligado a exigirse y falló. Luego de competir, no quería ni mirar, estaba muy nervioso, me quedé en un rincón aislado a la espera de lo que pasara y cuando me enteré del triunfo fue pura emoción, felicidad y lo festejé con mis compañeros de delegación y mis padres que estaban en la tribuna”. Por último argumentó que estaba sumamente: “orgulloso y nada esto hubiera sido posible sin el apoyo de mi familia. Esto es un sueño cumplido y ahora quiero alcanzar otros como llegar a Londres 2012 o Brasil 2016”.
El entrenador de Marcelo Chirico desde su llega a Brasil es el norteño Lucas Brambilla. El mismo resultó clave para que el uruguayo se quedara con la primera colocación y se adaptara a un caballo que conoció pocos días antes de la competencia.
“Al principio le costó adaptarse al equino, pero a medida que fue entrenando con él le agarró la mano y se llegaron a entender de tal forma que lograron lo máximo”, señaló el entrenador.